A veces no podemos contar nuestro trabajo de UX

¿Qué pasa cuando no podemos contar el trabajo que hacemos como responsables de UX? Supongo que eso nos pasa a quienes desarrollamos nuestro trabajo profesional para terceros, y en ocasiones vivimos de contar nuestro trabajo en medios como este.

No sé si a alguien más le pasa, pero a mi me produce una sensación ambivalente, ya que por una parte me alegro de no contar nada de un proyecto del que no estoy satisfecho, y por otra me fastidia no poder contar el desarrollo de un trabajo, el mío, que por las razones que sea termina sin ser satisfactorio.

Con el paso del tiempo se acumulan los proyectos en los que he trabajado y de los que apenas cuento nada. Esto puede suceder por dos razones principalmente:

• Porque el cliente no se siente cómodo con que se hable del proyecto.
• Porque por alguna razón no estoy satisfecho con el resultado final del trabajo.

La primera razón de las dos que he nombrado es compleja de abordar. Hay clientes que no se sienten seguros en el terreno de que se hable de ellos. No quieren o no les gusta mucho la visibilidad. Y es una posición totalmente legítima. Personalmente creo que someterse a la opinión de terceros es siempre un ejercicio que tiene consecuencias positivas. Saber recibir las críticas al trabajo es un paso que no es siempre fácil dar. Y me pongo el primero en esa fila.

La segunda razón es más complicada, o me parece más complicada de gestionar. Personalmente he vivido proyectos de los que directamente no he querido hablar. La razón es sencilla: no me he sentido en absoluto identificado con el resultado final del trabajo. Y no me he sentido cómodo porque las fases posteriores a la conceptualización, generalmente hablamos de diseño visual, han obviado el trabajo de diseño hecho en la fase de prototipado. Las razones para gastarse el dinero en fases de análisis y conceptualización, y luego obviar el trabajo realizado, no la entiendo. Pero cada cual se gasta el dinero como quiere.

Hay otros casos en los que, directamente, he sido una puta 2.0 y me he limitado a aceptar directrices con las que no he estado de acuerdo. Las razones para hacer esto las podía resumir en una: yo trabajo por dinero. Y lo digo.

Hay un debate, del que participo con los hechos, que se basa en una dicotomía sencilla:

• Trabajo seleccionando los clientes
• Trabajo para quien está dispuesto a pagarme

Quizá demasiado sencilla. Apuesto por dar voz a los tonos que hay entre el blanco y el negro. Apuesto por lo que hago: trabajo con quien confía plenamente en el criterio que propongo, y trabajo con quien confía hasta cierto punto. Luego, cuento lo que quiero, lo que me apetece, o lo que entiendo que me puede beneficiar.

No sé qué pensáis. Si os apetece hablar de ello, estaré encantado.

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