Consideraciones previas a la fase de descubrimiento en UX Research

La fase de descubrimiento en UX Research es el primer paso para obtener un entendimiento profundo de los usuarios y sus necesidades. Durante este periodo, los investigadores recogen información clave que servirá de base para tomar decisiones fundamentadas a lo largo del proceso de diseño. Más que validar soluciones, se trata de comprender de manera profunda el contexto en el que los usuarios interactúan con un producto o servicio, sus expectativas y los problemas a los que se enfrentan en su día a día.

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Esta etapa involucra una variedad de métodos que permiten obtener datos valiosos, tanto cualitativos como cuantitativos, lo que ayuda a los equipos a conocer mejor las motivaciones y comportamientos de los usuarios. Las entrevistas, encuestas, análisis de competencia y observación contextual son solo algunas de las herramientas que los investigadores utilizan para construir una visión completa de la situación. Cada técnica ofrece una perspectiva distinta, pero juntas permiten una visión holística que impulsa el desarrollo de soluciones acertadas.

El verdadero valor de la fase de descubrimiento radica en la capacidad de transformar esos datos en información procesable, que ayudará a orientar el diseño de manera más alineada con las expectativas y comportamientos reales de los usuarios. Se trata de conocer no solo «el qué», sino también «el por qué» detrás de cada comportamiento, lo que permite tomar decisiones de diseño fundamentadas y centradas en las personas.

Aspectos a tener en cuenta antes de empezar un proceso de descubrimiento

Si bien parece tentador intentar abarcar la mayor cantidad de información posible desde el inicio, este enfoque puede resultar contraproducente.

Al plantear un plan de investigación demasiado general, los resultados obtenidos tienden a ser superficiales y dispersos, lo que dificulta extraer insights valiosos. Además, hay que recordar que los recursos de tiempo y presupuesto suelen ser limitados, por lo que es vital optimizar la investigación desde el principio. 

1. Definir objetivos claros

El primer paso crítico es definir qué queremos aprender. ¿Qué preguntas clave deben responderse sobre los usuarios? ¿Qué aspectos del producto o servicio necesitan más entendimiento? Establecer objetivos específicos desde el inicio evitará que la investigación se vuelva ambigua o difusa.

Un enfoque claro también ayuda a alinear a todo el equipo en torno a los mismos resultados esperados. Preguntarse qué comportamiento, motivaciones o barreras del usuario queremos descubrir es fundamental para guiar la investigación hacia insights profundos y relevantes.

2. Identificar a los usuarios

La fase de descubrimiento debe centrarse en investigar los usuarios más relevantes para el proyecto o producto. Esto incluye definir: 

• El perfil demográfico
• Necesidades específicas
• Comportamientos 

3. Contexto del proyecto o producto

Cada producto existe dentro de un ecosistema más amplio, donde compite con otros productos, se adapta a tendencias del mercado y responde a expectativas específicas. Por lo tanto, hay que comprender  el entorno en el que opera el producto, analizando 

• La competencia 
• Las tendencias actuales
• El comportamiento del mercado 

Además, considerar las limitaciones técnicas o de negocio permitirá alinear las soluciones de diseño a las posibilidades reales del proyecto. 

4. Selección de métodos de investigación

Dependiendo del objetivo, se deben elegir las metodologías de investigación adecuadas (cualitativas, cuantitativas o una combinación de ambas).

Algunas técnicas comunes incluyen entrevistas en profundidad, encuestas, pruebas de usabilidad, análisis de competencia y observación contextual.

5. Involucrar a los stakeholders

Entender qué es lo que los stakeholders quieren saber acerca de los usuarios es esencial para garantizar que la investigación esté alineada con los objetivos del negocio. Esto incluye identificar las preguntas clave que los stakeholders necesitan responder para tomar decisiones informadas. 

Al comprender las expectativas de la parte interesada, es posible priorizar las áreas de investigación más relevantes.

6. Tiempo y recursos

Evaluar los recursos disponibles (tiempo, presupuesto, equipo) para llevar a cabo la fase de descubrimiento. Un cronograma claro ayudará a gestionar los plazos y asegurará que los recursos se utilicen de manera efectiva.

Dado que es imposible investigar todo, es esencial priorizar. Preguntarse qué grupos de usuarios son los más críticos para investigar o qué tareas deben analizarse si se tuviera una semana de tiempo, es un buen ejercicio para definir prioridades. De esta manera, se puede concentrar el esfuerzo en obtener los insights más valiosos y profundos dentro de las limitaciones del proyecto.

7. Plan de análisis

Antes de iniciar la recolección de datos, te recomendamos establecer cómo se analizará la información recopilada. Tener un plan para analizar los resultados ayudará a dar sentido a los datos y extraer insights útiles que orienten las decisiones de diseño.

Ver también: Cómo crear un plan de UX Research: Un resumen del live en UX Learn

8. Pensamiento en equipo

La investigación UX no es un esfuerzo individual. Es importante pensar en lo que los demás miembros del equipo necesitan saber para poder desempeñar sus roles de la mejor manera posible. Por ejemplo, los UX Designers necesitan entender qué problemas específicos deben resolver, mientras que los desarrolladores podrían necesitar información detallada sobre las interacciones de los usuarios con las interfaces. 

Establecer una colaboración temprana con el equipo permite ajustar la investigación a las necesidades de todos los involucrados.

Estas consideraciones previas ayudan a estructurar y enfocar la investigación, garantizando que los datos obtenidos durante la fase de descubrimiento sean útiles y accionables para el equipo de UX y los stakeholders.

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Foto de Agence Olloweb en Unsplash