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Atención, porque hay dos lecturas de los últimos siete días que pueden marcar un antes y un después de la concepción del diseño centrado en el usuario, siempre que hablemos de web, al menos desde el punto de vista de un servidor que escribe.
Todo empezó con un post que nos regaló generosamente Jesús Encinar titulado Jakob Nielsen, Prioritizing Web Usability (recomiendo encarecidamente su lectura), en el que desgranó lo que más le había interesado del último libro de Nielsen. Tras una lectura sosegada y tranquila no puedo evitar reconocer que, una vez más, maldigo mi dificultad con el inglés, sin duda, pero a la vez me congratulo porque haya gente tan generosa como para prestarnos una parte de su tiempo y escribir algo así sobre esa novedad editorial.
Queda pendiente una lectura más analítica en la que ordenar las ideas y tratar de darles forma, estructurarlas, para que puedan ser más manejables, al menos para mi.
Pero desde luego me queda una sensación tras la lectura del post de Encinar que me invita a empezar a pensar en subir un escalón, en traspasar la puerta que se abre, y empezar, de una forma definitiva, a abordar ciertas cuestiones «de usabilidad» de un modo más enclavado en la metodología, y comenzar a explorar las posibilidades de los nuevos planteamientos de Nielsen. Que, por cierto, no son nada nuevo ni nada extraordinariamente novedoso, pero como bien refleja Encinar (el resaltado es mío):
Nielsen comienza preguntándose ¿Dónde están los problemas para el usuario hoy?. Para contestar analiza los problemas más serios y los categoriza según su frecuencia y su gravedad, así saca lo que llama «The Scale of Misery», un resumen de los mayores problemas que se encuentran los usuarios cuando utilizan internet hoy.
Vuelvo a insistir en la lectura detenida y analítica del texto de Jesús Encinar.
Y con las ideas aún flotando en la cabeza, me encuentro con otro texto, más breve pero igual de intenso, de Javier Cañada. No oculto mi admiración por el personaje y por lo tanto quizá caiga en una excesiva mitificación del mismo, pero es que lo veo claro, y sin tener claro si estoy de acuerdo o no, me parece sumemente interesante lo que plantea, que no es sino una toma de posición respecto de una perla de Luis Villa en su relato del @Media.
Y vuelvo a citar, esta vez a Javier Cañada:
La usabilidad viene de serie, señores. Aquí tratamos de algo más serio, más gordo, de diseño de interacción, una disciplina como dios manda, con sus elementos propios.
Y si, de nuevo, seguimos en enlace que referencia Cañada, nos encontramos con un atículo publicado en terremoto.net que lleva por título Los elementos del diseño de interacción y la estética (texto del que también recomiendo su lectura tranquila), en el que hay una frase que me ha encantado (el resaltado vuelve a ser mío):
El diseño de interacción se diferencia del resto de diseños en que necesita cuatro dimensiones: las tres del diseño industrial más una cuarta: el tiempo. Se trata de espacio y tiempo combinados de diferentes formas.
La conclusión que empiezo a sacar de la lectura y un primer análisis de ambos textos y las ideas que entre ellos circulan, junto con una grata experiencia de trabajo en esos dos sentidos hoy mismo, es que:
- Debemos empezar a cambiar el chip y es necesario que incorporemos definitivamente los aspectos relativos a la usabilidad web tradicional a nuestros trabajos y, más importante, a la metodología de trabajo y formación de nuevos profesionales.
- Tenemos que hacer un importante ejercicio de abstracción y de introspección para predecir y anticiparnos al usuario y los movimientos que éste realizará en el sitio web, de tal forma que nos quede un espacio en el que el fluir del que habla Cañada tome una forma armoniosa, equilibrada y consistente, para la estética de la que habla Cañada en terremoto.net cobre sentido y conforme un trabajo profesional redondo.
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Creo que el el ejercicio a realizar, es de empatía con el usuario, una vez puestos en su lugar, podríamos anticipar sus reacciones. Back, back…