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Una de las herramientas más útiles para ayudar a la planificación del lanzamiento de un nuevo producto son los roadmaps, también conocidos como hoja de ruta.
Se utilizan para delimitar el presupuesto y las estrategias de desarrollo que tenemos que seguir para cumplir los objetivos, por lo que son un elemento clave para asegurar el éxito del diseño de productos.
Cómo hacer un roadmap
Un roadmap se puede desarrollar a corto plazo o a largo plazo, y dependiendo de las características del producto podemos utilizar diferentes tipos de roadmaps. Estos son los pasos comunes que tenemos que seguir para llevarlo a cabo:
- Definir los objetivos del proyecto. El primer paso para construir una hoja de ruta es tener muy claros y definidos los objetivos del proyecto, ya que nos guiarán para saber qué estrategias habrá que seguir. Por ejemplo, si es un nuevo producto, debemos comenzar por la creación de un producto mínimo viable.
- Hacer que sea claro y conciso. Este documento sirve para que todos los miembros del equipo, incluyendo los diferentes departamentos, estén alineados con los mismos objetivos. Para facilitar su comprensión tenemos que asegurarnos de que la información es relevante y comprensible.
- Mapear las historias de los usuarios. Para averiguar por qué tareas queremos empezar y cuáles son más importantes tenemos que mapear al usuario. Esta técnica nos ayudará a identificar cuáles son las necesidades de los usuarios y cómo debemos abordarlas.
- Determinar las características principales del producto y sus prioridades. Tenemos que planificar cuáles son las características del producto y qué prioridad tiene cada una.
- Categorizar las tareas. El siguiente paso después de encuadrar las características principales, es calendarizar cada una de ellas según las necesidades y los objetivos, creando una línea del tiempo definida. El número de categorías dependerá de la magnitud de cada proyecto.
- Crear un panel de visión. Una vez que tenemos todos los pasos anteriores desarrollados, tenemos que plasmarlos en un panel que sea accesible y entendible para todos los interesados, de forma que todos puedan visualizar el progreso del proyecto.
- Revisar y actualizar el roadmap periódicamente. El roadmap de un producto no es un documento estático, ya que los objetivos y las prioridades pueden cambiar en cada iteración del producto. Cada vez que esto ocurra, deberemos revisarlo y ajustarlo para asegurarnos de que sigue creciendo a la vez que el producto.
Consejos para crear lo roadmaps de producto
Generalmente las hojas de ruta se crean con un diagrama de Gantt, que es un gráfico de barras horizontales. En el eje X se muestran las fechas, y en el eje Y las actividades, tareas y objetivos.
Para crear un roadmap claro y conciso tenemos que incorporar las siguientes características:
- Añadir una barra por cada tarea, actividad y objetivo. Al utilizar una barra para cada tarea podremos visualizar el horizonte temporal, además de los pasos que tenemos que seguir para cumplir los objetivos.
- Agrupar las barras por equipos o fases. También podemos crear grupos visuales dentro de las tareas para crear jerarquías que ayuden a identificar quién se tiene que encargar de cada parte del proyecto.
- Apilar las barras según la funcionalidad. Otra recomendación para visualizar las tareas secuenciales y las dependencias entre ellas es ubicándolas en la misma fila.
- Ordenar las barras por fecha de inicio o prioridad en el proyecto. Una vez que las barras ya están distribuidas por equipos y funcionalidad, podemos elegir ordenarlas por fecha de inicio o por la prioridad de cada tarea, dependiendo de lo que necesitamos en cada proyecto.
Crear roadmaps efectivos es clave para mejorar la comunicación entre las diferentes partes involucradas en el desarrollo de un producto, y además, mejorar la productividad de los equipos.