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No quiero terminar el día internacional de las personas con discapacidad sin hacer referencia al reportaje que publica El País bajo el título Tecnología a ciegas.
Algunas de las cuestiones más interesantes que se pueden leer ahí:
Los avances tecnológicos realizados en los últimos años son muchos, pero todavía queda camino por recorrer para garantizar un uso en plano de igualdad.
Pero las cosas se ponen crudas cuanso se enseña la realidad sin tapujos:
Internet es a menudo una herramienta fundamental para su trabajo, el sitio donde recurre para buscar información que necesita o consultar algún diccionario, pero no siempre logra sacar todo el partido que quisiera de la Red, pues muchos servicios no respetan las normas de accesibilidad que le harían la vida mucho más fácil a él y otros tres millones y medio de españoles que sufren algún tipo de discapacidad.
Y más:
Para que estos sistemas funcionen adecuadamente, es necesario que los diseñadores y programadores respeten una serie de normas que permitan traducir lo que se ve en pantalla en braille o voz. La regla general dicta que debe existir siempre una alternativa en texto a los objetos visuales que aparecen en las páginas web como animaciones o imágenes, algo que no siempre se cumple.
Por último:
Retirar estos obstáculos está en la mano de quienes crean las páginas. ?Tiene que salir de ellos, su objetivo debe ser que el producto llegue al mayor número de personas posible, pero si para empezar programas la web para que haya una parte del mercado que no acceda a ella es peor para ti. Si encima se trata de una administración pública, no se debe permitir?.
Se puede decir más veces, sí, pero no más claro.