Tecnología fiasco (abril de 2006)

Rescato un texto que fue publicado, sin yo saberlo, en la edición local zaragozana de Generación XXI. El texto es de abril de 2006 y me ha parecido gracioso cómo muchos de sus presupuestos podrían suscribirse hoy mismo de la misma forma.

Tecnología fiasco

Es curioso pero la abrumadora cantidad de información que todos los días se genera en el mundo acerca de cuestiones relacionadas con las nuevas tecnologías cuenta con un alto porcentaje que es transparente. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que es tanta y tan abundante la información sobre nuevas tecnologías, novedades, gadgets, trucos, productos de todo tipo, etc., que muchos de ellos pasan desaprecibidos de una manera casi instanténea. Digamos que permanecen en nuestra memoria el tiempo que tardamos en acceder a la información sobre otra novedad.

Es especialmente curioso el hecho de que esa transparencia de muchas de esas novedades hace que los productos fiasco, esos que no cumplen ni de lejos con las espectativas creadas a priori, se salvan de la quema de una crítica dura. Y se salvan precisamente porque la abundancia de información, la saturación de información hace que todo vaya tan deprisa que no tengamos tiempo material para echar la vista atrás y hacer un repaso de todas esas promesas que muchos productos y servicios nos han hecho en su fase de lanzamiento.

Hay un artículo muy curioso e interesante que han publicado en cNet, que es una de esas publicaciones absolutamente mediatizadas y abocadas al escaparatismo consumista, pero con una consistencia en el tiempo que obliga a hacerla referencia muchas veces cuando de consumo tecnológico se trata, en la que se atreven a hacer un listado, que tanto gusta en estos mundos, en el que presentan las peores tecnologías del año en curso, es decir, de 2006. Es interesante observar cómo se catalogan como “peores tecnologías del año”, en la que hay de todo y para todos. Contemplan cada una de las entradas de esta lista dentro de una categoría. Algo así como los premios limón, pero en clave gringa y muy techie.

Peor demostración de producto: el control remoto activado por voz de Intel; peor reproductor de mp3 con forma de judía: Sony walkman bean; secreto peor guardado: Microsoft Origami; producto sobreanunciado: los nuevos y entretenidos productos Apple; peor duración de las baterías: Acer Aspire 3000; peor uso del color rojo-bombero (en lo que a mp3 se refiere): Wolverine Data MVP (120GB); peor uso del color rojo-bombero (en lo que a portátiles se refiere): CyberPower Xplorer; peor nombre de un producto que se supone va a formar parte del contenido de un hogar: Biohazard Media Center Xpress; producto peor valorado de los que gusta a los lectores de cNet: Nokia 770 Internet Tablet; producto por el que puedes acabar detenido y puede acabar con tu PC: Kazaa 3.

Lo más paradógico del asunto es que las marcas que podemos leer no son marcas cualquiera. Ojo que vienen curvas: Sony, Microsoft, Apple, Acer o Nokia. Y que dentro del catálogo de esos gigantes existan productos o servicios que son catalogados por alguien como cNet como “lo peor de 2006”, siendo que el artículo se publicó a finales del mes de marzo, da que pensar. O por lo menos me da que pensar. ¿No es casual la saturación de productos y servicios relacionados con las nuevas tecnologías? Y si la respuesta es “sí”, ¿corremos el riesgo de que la gente se canse de todo esto y se pierda atención por las nuevas tecnologías? Mi opinión es que sí, aunque lo matizaría porque afortunadamente los productos que triunfan lo hacen de tal forma que olvidamos y no tenemos en cuenta los fiascos, que en realidad lo que hacen es hablar nada bien de sus creadores.

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