Los entregables en el trabajo de experiencia de usuario

Los entregables son importantes y miden el nivel de calidad de una empresa. Este mensaje está dirigido especialmente a las empresas que nos dedicamos a la parte de los servicios. Es un mensaje, un relato, casi una pequeña autobiografía profesional.

Cuando se habla de los entregables, cuando se habla de los objetos de intercambio del trabajo que realizamos en las agencias de diseño, consultoría y estrategia, se habla muchas veces desde un cierto desprecio. Y me parece curioso que se hable de este modo cuando se hace en lo que supone un ejercicio de reduccionismo impropio de una disciplina tan cultivada como es el diseño.

Portada de un entregable de conclusiones de un test con usuarios realizado en el estudio

La cuestión, lo que me importa transmitir en estas líneas, es que los entregables constituyen uno de los elementos que marcan la línea de calidad del trabajo de una agencia. No lo digo desde una perspectiva teórica, sino que es una afirmación que hago a partir de la experiencia vivida con proyectos y clientes de todo tipo. Al final, prestar atención, dedicación y cariño a los proyectos de los clientes se trasluce y se muestra perfectamente en esas piezas que entregamos al cliente. Esa dedicación y ese cariño a los proyectos no se hace gratis, ni se puede hacer de cualquier manera. La única forma que conozco para hacerlo es a través de los recursos. Ese es, desde mi punto de vista, el auténtico compromiso con las cosas bien hechas, con el amor en los proyectos y con el saber hacer puesto a disposición de los resultados. Los entregables constituyen una excelente interfaz para poder dar buena prueba de ello.

En ese sentido me parece que cuidar el proceso de trabajo, especialmente los relacionados con el final y el acabado de los proyectos, son elementos cruciales que determinarán la excelencia en los entregables. Lógicamente, no quiero decir que los entregables sean el único elemento que hace tangible nuestro trabajo. Nada más lejos de mi intención, pero es cierto que es el mejor punto de contacto inicial para que el cliente calibre la dedicación y la atención prestada a los proyectos.

Cuando hacemos un test con usuarios es tan importante la redacción de las narrativas como la confección de una agenda, todo ello perfectamente coordinado con el cliente de tal manera que siempre tenga información puntual al respecto de todos los cambios, variaciones y modificaciones que puedan surgir. Cuando estamos proponiendo que haya una dirección URL donde se pueda ver un streaming de unas sesiones de entrevistas en profundidad, estamos apuntando a la calidad de los entregables. Cuando estamos preparando una infraestructura técnica que permita la traducción simultánea en tiempo real para que clientes e interlocutores en cualquier parte del mundo puedan acceder al dato cualitativo cuando éste se revela por parte de los usuarios, estamos trabajando en la línea de unos entregables de calidad.

Del mismo modo, cuando le decimos a un cliente que trabajar un objetivo de conversión es diferente de trabajar un objetivo de ticket medio o de facturación, estamos trabajando en la línea de generar unos entregables de calidad. Porque no es la primera vez que decimos en este blog que un buen proyecto de diseño y de experiencia de usuario pasa por una correcta descripción de los objetivos del mismo. Lógicamente no nos corresponde a nosotros determinarlos, pero sí tenemos la responsabilidad de transmitir las herramientas necesarias para que nuestro cliente, en caso de no tenerlas, las utilice para hacer una excelente y precisa determinación de objetivos.

Por ello esta llamada a un cierto back to basics donde los entregables vuelvan a tomar el protagonismo que merecen. Incluso en entornos agile o en entornos progresivos. Son la interfaz de nuestro trabajo, y una extraordinaria vía didáctica que ayudará a nuestros clientes a comprender mejor el valor de lo que entregamos y, con total seguridad, a consolidar la idea de seguir trabajando en la misma línea.

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