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Ya hablamos aquí sobre cómo validar una jerarquía de contenidos y sobre sus ventajas frente al card sorting, dos técnicas para mejorar la arquitectura de la información.
Hoy queremos contarte cómo puedes elaborar esta prueba en tres fases: definir, desarrollar y analizar.
Definir un tree testing
- El primer paso es definir el foco de tu evaluación (¿en qué aspectos te vas a centrar?) así como su objetivo (¿para qué realizas la prueba?)
- Define también la modalidad de la prueba. Si deseas hacer un tree testing online, puedes utilizar herramientas como Treejack.
- Define cuántas y qué personas participarán de ella (lo recomendado es de siete a nueve, pero el número puede variar en función del proyecto), para poder proceder a la captación. Quienes participen tienen que cumplir un perfil muy concreto: a mayor afinidad tengas con la selección de personas, más relevante será la información que te brinden.
- Define si la prueba será retribuida, como agradecimiento por su tiempo y colaboración.
- Define el guion de las sesiones. Asegúrate de que los contenidos de los mismos (como mínimo un formulario de consentimiento, un cuestionario demográfico, una lista de tareas —por ejemplo, «reserva un viaje con alojamiento para dos personas, una de ellas con movilidad reducida»— y un cuestionario final donde predominen las preguntas abiertas —no te pierdas el post de cómo hacer buenas preguntas—) podrán elaborarse en un tiempo no superior a una hora, para evitar que las personas participantes se cansen.
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Desarrollar un tree testing
Para el buen desarrollo de la prueba, cíñete al guion. No obstante, estas ideas contribuirán a que fluya mejor:
- Adopta una actitud que genere confianza. Esto es importante para que quienes participen sientan comodidad y actúen naturalmente. Si la sesión es online, puedes llevar a cabo unos ejercicios para dinamizar las sesiones con usuarios, lo que ayudará a que estén más cómodos durante la sesión.
- Plantea las tareas una a una.
- Asegúrate de que las personas pueden finalizar una tarea antes de pasar a otra, independientemente de que el objetivo se alcance o no. El propósito de que cada tarea tenga un objetivo es comprobar los mapas mentales de una persona, de tal manera que si el usuario no alcanza los objetivos como se había previsto habrá que hacer una iteración en el diseño, para que este sea más comprensible. Por ejemplo, si la tarea es «contacta con el Centro de Ayuda», se considerará que el objetivo no se ha cumplido si el usuario no logra encontrar ni contactar con el Centro, y que sí se ha cumplido en caso contrario.
- Pide que te lo notifiquen cuando consideren que una tarea está resuelta aunque no sea así: esto se denomina falso éxito y también es relevante de cara a la producción del informe, a posteriori. En el ejemplo anterior, un falso éxito es que el usuario copie y pegue el e-mail de información general, y contacte por esa vía, en vez de buscar el Centro de Ayuda.
- Pide, también, que verbalicen sus pensamientos y sentimientos, por ejemplo cuando comenten: «no tengo claro cómo seguir» o «esto resulta irritante». Podemos utilizar preguntas de sondeo para profundizar en la información que nos está proporcionando la persona usuaria.
- Fíjate también en la gestualidad. La postura corporal, la cara de sorpresa o de frustración ante una tarea demasiado difícil, los gestos de aburrimiento: todo ello es un feedback muy valioso.
- No intervengas en una tarea aunque desees «ayudar». Esto es muy peligroso porque puede llevar a sesgos de confirmación, lo que puede invalidar los resultados de la investigación.
- Pregunta lo que no te quede claro; mejor preguntar en exceso que no aclarar lo que necesites, pero trata de ser neutral, no juzgar ni criticar. Por ejemplo, es preferible preguntar «¿Quieres comentar algo sobre la tarea 2?» a «¿Por qué crees que has tardado tanto en realizar la tarea 2?» La diferencia es sutil, pero significativa.
Analizar los resultados
Esta prueba te devolverá datos cuantitativos (por ejemplo, la información demográfica del cuestionario, y diversas tasas de las personas participantes: el ratio de éxito por tarea, tiempo medio de compleción de las mismas, el ratio de errores y falsos éxitos) y cualitativos (por ejemplo: anotaciones, notas sobre el posible estado emocional de quienes participan, respuestas a las preguntas abiertas).
Aquí van tres pautas:
- Clasifica los problemas observados según su severidad: críticos (aquellos que impiden totalmente completar una tarea), serios (pueden abocar a que las personas se frustren y abandonen la tarea) o menores. Además, puedes crear un mapa de afinidad después de obtener todos los resultados del tree testing para organizar los datos cualitativos.
- Es necesario producir un informe para clarificar y compartir los resultados. Tienes un ejemplo de reporte de esta técnica aquí, pero puedes elaborar tu propia plantilla. Lo importante es que en dicho informe consten, al menos, los objetivos del test y el número de participantes, la metodología aplicada, resultados, conclusiones y recomendaciones para implementar en la arquitectura de la información.
- Recuerda emplear una redacción clara, sintética y ágil. El formato lista suele ser el más recomendable.
A todo lo anterior añadimos que esta técnica no solo tiene una implementación sencilla sino que, además, se adapta a todo tipo de contextos: como mencionamos más arriba, puede realizarse en remoto, sorteando escenarios pandémicos.
Hablamos en definitiva de una herramienta versátil cuyo éxito depende de un buen planteamiento y una buena definición inicial, y que puede arrojar información muy valiosa por parte de usuarios reales a la hora de detectar fallos en una arquitectura de la información.
Artículo actualizado en abril de 2022.